domingo, 22 de mayo de 2011

Actividad Sobre: Liderazgo Personal, Misión, Visión y Valores

Todo ser humano, y en particular los líderes, sin importar el campo de acción en que se desenvuelva (desde la familia hasta las grandes corporaciones, pasando por toda clase de empresas y organizaciones sociales) han de definir su tarea a partir de una visión, de una misión y de un código de valores.
 CONCEPTOS:
 La visión es la capacidad de desarrollar un proyecto de futuro, un sueño, un anhelo, un objetivo trascendental que se debe alcanzar.  Son los sueños que uno puede alcanzar durante su existencia, sin miedos, con sentido de reto y trascendencia, incluso a pesar de las propias debilidades y carencias.
La misión es la acción cotidiana que define la identidad y tarea de un individuo o grupo (que podría resumirse en las preguntas: quiénes somos y para qué estamos en este mundo).  Es la razón de ser o existir de la persona o el grupo y la causa y fin de su actividad. Parte de una visualización particular del futuro, de lo que puede (o más bien debe) ser, de lo que se puede crear para darle sentido a la propia vida.
Los valores son el conjunto de principios o reglas esenciales del juego bajo las cuales se va a guiar las actitudes y conductas de las personas y los grupos.
 Los grandes hombres y mujeres de la historia nos han enseñado la importancia de generar dentro de uno mismo la fuerza de una visión y misión personales para guiar la propia vida, con una visión y misión se han transformado en personas llenas de un poder interior que se ha constituido en la base sobre la que han integrado sus valores, sus metas en la vida y en el trabajo, así como sus habilidades e intereses.  El poder interior que genera contar con una misión personal convierte a hombres y mujeres comunes en personas entregadas a la tarea de crear, para sí mismas y para quienes las rodean, un mundo de nuevas perspectivas, retos y realizaciones que, de otra manera, parecerían inalcanzables
LA VISIÓN
La visión puede transformar a los hombres en santos o demonios, en emprendedores o destructores.  El hombre tiene una necesidad intrínseca de trascendencia y superación.  Lindberg cruzó el Atlántico en pos de un sueño sabiendo que en el intento podría perder la vida.  Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina y la convirtió en un legado para todas las generaciones.  Edison inventó la bombilla eléctrica, después de sufrir miles de fracasos. Víktor Frankl sobrevivió a un campo de concentración gracias a la fe que tenía en poder escribir su historia y crear la logoterapia, técnica con la cual propone a la humanidad darle sentido a la vida. La Madre Teresa entregó su vida a los pobres por causa del Reino de Dios. Y qué decir de Juan Pablo II, cuya clara visión y misión contribuyó notablemente a la transformación del mundo en el último cuarto del siglo XX, y lo condujo hasta el umbral del siglo XXI.
Elementos que contribuyen a generar una visión:
  • La historia y circunstancia personal y familiar del individuo.
  • La percepción del mundo interior y exterior
  • Los valores propios
  • El compromiso con uno mismo
  • El compromiso con los demás
  • El deseo de encontrar un destino mejor
La visión se convierte en misión cuando:
  • Se inicia el camino que se ha visualizado
  • Se confía en la voz interior y se es congruente con ella
  • Se tiene fortaleza y se actúa a pesar de las adversidades
  • Se da y recibe al mismo tiempo
  • Se es responsable y comprometido con el logro de la meta
Visión: mejorar el mundo
No puede concebirse a un líder sin una visión de futuro.  Todos los líderes, sin importar su nivel ni su campo de acción, están o deben estar motivados por un proyecto a futuro.  Deben tener una idea inicial o un anhelo que pretendan cumplir más adelante, pues, como se ha dicho alguna vez, “una idea es más poderosa que mil ejércitos”.  Como ejemplos se puede proponer: la idea de libertad en la mente de Abraham Lincoln;  el sueño de igualdad racial de Martin Luther King; poner al primer hombre en la luna de John Kennedy, la globalización de la solidaridad del Cardenal Rodríguez Maradiaga, el sueño de justicia para todos de Monseñor Romero o la Recuperación de la Memoria Histórica de Guatemala por Monseñor Gerardi para que el pasado de dolor no se repitiera NUNCA MAS.
Toda idea puede y debe ser generadora de una visión de futuro que permita la construcción de un mundo mejor.
La realización de un proyecto, sueño, objetivo o anhelo futuro, es quizá la dimensión más importante de cualquier empeño, tarea o actividad que se pretenda realizar.  Ejemplo de proyectos: casarse, ser padre de familia, ser profesional, ser sacerdote, obtener una medalla olímpica, cosechar una siembra, dar catequesis, vencer nuestro ego, promover el desarrollo espiritual o material de las personas o grupos
El líder verdadero nunca está satisfecho con sus ideas y visiones, siempre las analiza, cuestiona y enriquece, generando así nuevos conceptos que implicarán cambios y retos nuevos cada vez mayoreos.  Todo líder visionario es un agente de cambio.  La visión es poderosa, pues es un sueño que, por contener dentro de sí tareas modestas o grandiosas que constituyen un reto o anhelo, anima de manera constante la acción humana.
La visión, en un sentido profundo, siempre es enriquecedora e inspiradora  de nuestra vida y mantiene una vitalidad permanente en el espíritu de quien la posee.
La visión puede quedarse a veces en el secreto o la intimidad de su dueño, o bien ser compartida con otros para contagiarlos de su esencia.  Una visión compartida siempre será de mayor impacto, por lo que su ejecución debe ser una de las tareas fundamentales de todo líder.  Uno de los retos de todo líder al dirigir grupos humanos (familias, clubes, comunidades, iglesias, empresas, etc) es transmitir a sus miembros el efecto de una visión compartida.
Por cierto, la visión no es algo etéreo o abstracto.  Es por el contrario, algo concreto y práctico que debe reflejarse en resultados y logros en el corto, mediano y largo plazos.
El contenido de una visión para mujeres y hombres puede referirse a tareas sencillas pero valiosas, modestas pero de altura espiritual, ejemplo: ser mejores padres, hijos solidarios, empleados responsables. Ser jefes humildes y respetuosos, empresarios visionarios y equitativos, funcionarios públicos honestos y servidores, sacerdotes congruentes, etc.
LA MISIÓN
Toda misión está fundada e inspirada en la visión de que hablamos en el apartado anterior.  El término misión encuentra su etimología en el vocablo mittere, que significa ser enviado para algo. 
Toda misión es servicio.  Toda misión es acción, tarea, esfuerzo, compromiso y hasta sacrificio para ayudar a que los demás crezcan y para proporcionar a través de nuestra actuación un beneficio a otros, entendiendo desde luego que si esto se logra, los beneficiarios seremos nosotros mismos.
La misión nos plantea las preguntas: ¿qué sentido damos a nuestra existencia? ¿Para qué fuimos enviados a esta vida?
Servir o servirse, el gran dilema ético de todo líder:
En esta vida servimos o no servimos para los papeles, actividades o funciones que desempeñamos en el vivir cotidiano.  Cabe aclarar que cometer errores no significa, necesariamente que no servimos, recordemos que errar es de humanos.  Aprender y crecer a partir de nuestros errores es una virtud.  El que no vive para servir, no sirve para vivir.
El líder que se sirve de su liderazgo, deberá plantearse esto y reflexionar si eso es lo que desea y le interesa o si en realidad quiere servir.
La síntesis y conclusión de toda visión y misión puede plantearse de la siguiente manera: como ser humano, he decidido influir positivamente en otros y servirles al mismo tiempo.  Mi visión debe ser mejorar este mundo y mi principal misión, servir a  los demás.
 LOS VALORES
Los valores son los cimientos de toda construcción humana.  El mundo presente, y en especial los umbrales del siglo XXI, está marcando un retorno importante a los valores humanos, tanto sociales como productivos.  Nuestro mundo demanda hoy, con mayor fuerza que nunca, una convivencia más justa, más respetuosa de la dignidad humana, más solidaria y fundada en los valores tradicionales e inmutables que nos han legado las grandes religiones y las civilizaciones más sabias de la antigüedad.  Los valores conforman las reglas o los principios que regulan el comportamiento individual y grupal para tener una convivencia armónica y productiva. Hoy por hoy, naciones, instituciones, y empresas están rescatando los principios y valores que definen su identidad y destino, y muchas de ellas han concertado y compartido estos valores haciéndolos parte fundamental de su cultura organizacional.  El reencuentro del hombre con la vida espiritual trascendente, la conciencia y necesidad de la paz, la defensa de los derechos humanos, la defensa de la naturaleza, la lucha tenaz por el valor de la democracia y los modelos de calidad y servicio, productividad, excelencia, equidad interna y ética en el trabajo que permean a toda clase de organizaciones, constituyen un movimiento de revaloración de nuestra vida en todas sus dimensiones
La experiencia y el sentido práctico nos demuestran que los valores son: principios éticos de acción, creencias y anhelos, actitudes sanas y constructivas ante el mundo, la esencia de un credo, niveles de compromiso en el quehacer humano, etc.
A partir de la experiencia en el trabajo con líderes de todos los ramos, hemos desarrollado en forma tentativa el siguiente código de valores para que sea observado por todos los líderes.
1.                  Respetar la dignidad natural del ser humano
2.                  Educar y promover el desarrollo humano
3.                  Ser justo y equitativo
4.                  Unir, integrar, ser solidario y trabajar en equipo
5.                  Ser congruente e íntegro
6.                  Reconocer la contribución del otro
7.                  Humildad y apertura, saber escuchar y aprender
8.                  Ser honesto y leal
9.                  Generar valor, calidad y mejora continua
10.              Amar
TAREA

MI MISIÓN EN ESTA VIDA
Acciones concretas de servicio: 
Conmigo mismo________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Con mi familia
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Con mi trabajo
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Para el mundo
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VISIÓN
  1. ¿Cuáles son los proyectos futuros que tengo respecto de mi vida personal, familiar, de trabajo, comunitaria y para con el mundo¿?_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
  2. ¿Cuáles son los cinco valores principales que me han enseñado mis padres, familiares, maestros, jefes y otras personas que han influido en mi?_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
  3. ¿Cuáles son los valores que estoy viviendo en mi vida personal, familiar, laboral, comunitaria y con el mundo?______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
   5. ¿Cómo y a través de qué valores quiero compartir mi vida, mi misión y mi visión con los demás?___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Contenido 1:

CLASE 1. ¿Qué es un líder?
CLASE 2. ¿El líder nace o se hace?
CLASE 3. Liderazgo en cualquier puesto de trabajo
CLASE 4. Liderazgo en la propia vida
CLASE 5. Características básicas del líder
CLASE 6. Características complementarias del líder
CLASE 7. El antilíder
CLASE 8. Líder carismático
CLASE 9. Tomar decisiones
CLASE 10. Modo de actuar
CLASE 11. Autoridad versus persuasión
CLASE 12. Trabajo en equipo
CLASE 13. Conflictos dentro del equipo
CLASE 14. Relación con los empleados
CLASE 15. Motivación
CLASE 16. Fijar metas
CLASE 17. Premios
CLASE 18. Crisis
CLASE 19. Dificultades del líder
CLASE 20. Herencia

CLASE 1. ¿Qué es un líder?.  El líder es aquella persona que es capaz de influir en los demás.
Es la referencia dentro de un grupo (ya sea un equipo deportivo, un curso universitario, una compañía de teatro, el departamento de una empresa, etc.).
Es la persona que lleva “la voz cantante” dentro del grupo; su opinión es la más valorada.
El liderazgo no tiene que ver con la posición jerárquica que se ocupa:
Una persona puede ser el jefe de un grupo y no ser su líder y, al contrario, puede ser el líder sin ser el jefe.
El jefe decide lo que hay que hacer en virtud de la autoridad que le otorga su posición jerárquica.
El líder, sin disponer necesariamente de esta autoridad jerárquica, tiene también capacidad de decidir la actuación del grupo en base a la influencia que ejerce, que viene determinada por la “autoridad moral” que ejerce sobre el resto del equipo.
A los miembros del grupo les inspira confianza saber que al frente del mismo se encuentra el líder.
Lo que caracteriza al líder es su habilidad para conducir equipos:
Consigue que cada miembro trabaje y aporte lo mejor de sí mismo en la lucha por alcanzar un objetivo común (sea ganar el campeonato, mejorar los resultados de la empresa, ganar las elecciones políticas, etc.).
Además de esta capacidad innata para gestionar equipos, el líder se caracteriza también por su visión de futuro.
Es una persona que mira al largo plazo, que marca unos objetivos muy ambiciosos para la organización y que consigue ilusionar a su equipo en la búsqueda de los mismos.
El líder anticipa los cambios, se adelanta a los competidores.
Una persona que no tuviera esta visión de futuro podría ser un buen gestor, un buen coordinador, pero nunca un auténtico líder.
En las metas que plantea el líder persigue tanto el bien de la empresa como el particular de cada uno de sus miembros.
Consigue así que las personas se identifiquen con las metas marcadas, que las hagan propias y luchen por ellas con todo el empeño.
Una persona a la que tan sólo le preocupara su bienestar futuro difícilmente podría ser el líder de una organización. Esta terminaría por rechazarlo.
Una vez que el líder tiene definida su visión de futuro, luchará con auténtica pasión para lograr los objetivos.
El líder representa para el resto del grupo un auténtico ejemplo de dedicación, de entusiasmo y de coraje.
Una persona que tuviera una gran visión de futuro pero que careciese de capacidad de ejecución podría ser un buen estratega, pero nunca un líder.
Por último, hay que señalar que no es líder quien quiere sino quien puede.
Para ser líder hay que tener unas cualidades personales muy sobresalientes que no todo el mundo posee.
Algunas personas poseen esas cualidades de manera innata, aunque también se pueden adquirir a través del aprendizaje y de la experiencia.

CLASE 2. ¿El líder nace o se hace?.  Es una pregunta que surge siempre que se aborda el tema del liderazgo.
La opinión generalizada es que hay líderes que nacen con capacidades innatas y hay otros que se van formando en su desarrollo profesional.
Las habilidades innatas favorecen el desarrollo del líder, pero a veces resulta más determinante la formación que uno va adquiriendo y la experiencia que va acumulando.
Hay técnicas de liderazgo, de toma de decisiones, de conducción de equipos, de motivación, de comunicación, etc. que el líder tiene que conocer y dominar.
Hay que señalar la importancia de asistir a seminarios sobre liderazgo, así como la lectura de libros sobre la materia.
También es de gran utilidad conseguir un feed-back del grupo para ver qué se está haciendo bien y donde hay que mejorar.
El ir asumiendo responsabilidades, tomando decisiones, solucionando problemas, haciendo frente a situaciones difíciles, permitirá ir forjando a un auténtico líder.
Por este motivo, no es bueno “superproteger” a las personas en su desarrollo humano y profesional. Es importante que desde pequeño vayan conociendo el valor del esfuerzo, que se vayan enfrentando a ciertas “dificultades”, en definitiva, que aprendan a desenvolverse por la vida.
Hay que favorecer que los empleados vayan asumiendo competencias y que se vayan acostumbrando a enfrentarse a problemas. Se trata de irlos preparando para que en un futuro sean capaces de tomar las riendas de la organización.
La preparación y la experiencia son aspectos que hay que cuidar en la formación de toda persona y es conveniente empezar a hacerlo desde su juventud, para ir desarrollando sus capacidades de liderazgo.
Otro aspecto esencial para poder ejercer un buen liderazgo es conocer en profundidad el terreno en el que uno se mueve.
El líder de una empresa puede jugar un papel secundario en un club de tenis (por ejemplo) del que sea socio si sus conocimientos de este deporte, de cómo funciona su entorno, etc., es limitado.
No obstante, el líder no tiene porque ser un especialista en la materia, pero si tendrá que tener una formación sólida e integral, que le permita tener ideas muy claras y un conocimiento global de la actividad que desarrolla (sea ésta empresarial, deportiva, cultural, etc.).
El liderazgo se basa en un reconocimiento espontáneo por parte del resto del equipo, lo que exigirá dar la talla, estar a la altura de las circunstancias. Si el grupo detecta en él carencias significativas terminará por rechazarlo.
Los subordinados entienden que el líder no tiene por qué conocer hasta el último detalle de cada asunto (para eso están los expertos), pero sí esperan de él un conocimiento suficientemente sólido.

CLASE 3. Liderazgo en cualquier puesto de trabajo.  Hay que diferenciar liderazgo de poder jerárquico:
La jerarquía puede dar poder, pero la autoridad moral sólo se consigue con el liderazgo.
Puede ocurrir que en un grupo humano el jefe y el líder sean personas diferentes:
El jefe es aquél que ocupa el puesto jerárquico más elevado, mientras que el líder es quien que goza de autoridad moral sobre el resto del grupo.
En una situación como ésta, el jefe podrá dar órdenes que serán acatadas y cumplidas por miedo a posibles sanciones disciplinarias, mientras que el líder no dará órdenes (no tiene autoridad jerárquica), pero sus indicaciones, sus opiniones, sus planteamientos, serán aceptados por el resto de la organización.
Por tanto, hay que dejar muy claro que el liderazgo no es sólo un rol reservado a la cúpula directiva de una empresa, sino que es un papel que puede ejercer cualquier persona con independencia del puesto que ocupe.
La capacidad del líder de movilizar al equipo, de alcanzar los objetivos, de tomar decisiones, de conseguir resultados, de ser la referencia del grupo, etc., se puede realizar en cada nivel de la organización.
Cada persona podrá ejercer su liderazgo dentro de su área de competencia.
Por ejemplo, dentro de una empresa el primer ejecutivo podrá ejercer de líder, pero también podrá hacerlo el jefe de un departamento, un comercial, un administrativo, un mecánico, etc.
El primer ejecutivo lo ejercerá sobre toda la organización, mientras que el jefe de un departamento podrá hacerlo dentro de su unidad, y el comercial, el administrativo o el mecánico podrán jugar este papel entre sus compañeros.
Un empleado que ocupe una posición intermedia o baja dentro de una empresa no tiene por que limitar su actuación a un mero conformismo o seguidismo, sino que dentro de su esfera de actuación podrá adoptar una actitud activa, innovadora, luchadora, inconformista, preocupada por el bien de la organización y motivadora para el resto del equipo.
En definitiva, puede ejercer un liderazgo tan intenso como si ocupara el primer puesto del escalafón.
De hecho, una de las responsabilidades del líder de una empresa es promover este espíritu de liderazgo en todos los niveles de la organización.
Un líder que no consigue contagiar su entusiasmo, fomentar sus valores y su modo de trabajar es un líder que en cierta modo ha fracasado.
Además, el líder tiene la obligación de ir formando nuevos líderes entre sus colaboradores con vista a que el día de mañana puedan sustituirle.

CLASE 4. Liderazgo en la propia vida. Es muy difícil separar totalmente la vida profesional de la vida personal.
No suele ocurrir que una persona sea un líder en su trabajo y en cambio se comporte de manera conformista, sin empuje, en su vida privada.
El líder suele actuar con el mismo nivel de autoexigencia, de búsqueda de la excelencia y de comportamiento ético en todos sus ámbitos de actuación (profesional, familiar, personal, etc.).
Los mismos principios de actuación que aplica en el trabajo (honestidad, dedicación, innovación, decisión, preocupación por las personas, comprensión, etc.), aplicará en su vida ordinaria.
El líder debe ser una persona coherente, capaz de mantenerse fiel a sus principios y de no renunciar a ellos en pro de su carrera profesional.
El líder tiene que ser capaz de defender sus principios aunque esto le pueda suponer graves contratiempos profesionales.
El liderazgo, el ser capaz de defender apasionadamente unos ideales, exige una gran solidez en las propias convicciones, que sólo es posible cuando éstas se asientan en principios inquebrantables.
Además, es fundamental que el líder mantenga una vida equilibrada, dedicando tiempo no sólo a su vida profesional, sino también a su vida personal y familiar.
El liderazgo conlleva tal nivel de responsabilidad y de presión, requiere tanta ilusión y optimismo, demanda tanta persistencia y dedicación, exige tanta capacidad para convencer, animar, motivar, etc., que tan sólo una persona con una vida equilibrada será capaz de dar lo mejor de sí misma y estar a la altura a de las circunstancias.
Para que una persona pueda desarrollarse en todos sus ámbitos y no dejar que el profesional lo termine absorbiendo todo es fundamental aprovechar el tiempo al máximo.
Hay que sacarle tiempo al tiempo (el tiempo es un bien escaso que hay que optimizar).
El tiempo pasa rápido y cada día cuenta: un día que no se aproveche es un día perdido.
El líder no se puede permitir el lujo de perder el tiempo.
Vivir intensamente, aprovechando el tiempo al máximo, no implica vivir aceleradamente.
El liderazgo hay que ejercerlo a lo largo de toda la vida, es una carrera a largo plazo, por lo que exige dosificar las fuerzas y no quemarse en un “sprint” alocado.
El vivir intensamente permite atender todas las facetas humanas (personal, familiar, social y profesional) y no dejar ninguna de ellas desatendidas.
Aprovechar el tiempo exige planificación:
El líder tiene mil asuntos que atender y tan sólo una buena organización le va a permitir poder desenvolverse con soltura y dedicar el tiempo a lo realmente importante y no perderlo con temas menores.
Si no lo hace así, el día a día le terminará absorbiendo, impidiéndole ocuparse de aspectos más estratégicos, perdiendo poco a poco la perspectiva del largo plazo.
El líder tiene que saber priorizar: distinguir qué es lo realmente importante, aquello que demanda su atención, y qué no lo es.
Acto seguido, el líder tiene que saber delegar: es imposible abarcarlo todo.
El líder se centrará en lo esencial y delegará en su equipo otras obligaciones.
Resulta muy útil fijar al comienzo de la semana (domingo por la noche o lunes a primera hora) la agenda de los próximos días:
Señalar aquellas actuaciones que uno debe realizar, fijar los objetivos que se quieren conseguir a lo largo de la semana.
La única forma de evitar que los proyectos se vayan posponiendo y nunca se terminen de abordar.
Por ejemplo: si el líder busca mejorar su conocimiento de inglés se puede fijar como meta semanal dar dos horas de clase (empezando esa misma semana, ¿por qué aplazarlo?), fijando en su agenda día y hora, obligación que respetará escrupulosamente.
Si el líder quiere mejorar la comunicación con su equipo, fijará, por ejemplo, una reunión semanal (a tal día y a tal hora) que será de obligado cumplimiento.
Al final de la semana evaluará en que medida ha cumplido los objetivos propuestos y en que medida estos le permiten avanzar hacia su meta final.
Aquellos objetivos semanales que no hubiera cumplido tratará de hacerlo en la semana siguiente, realizando un esfuerzo adicional con vista a mantener el calendario previsto.
En la planificación de la semana hay que buscar también tiempo para la lectura, para el deporte, para el ocio y, muy especialmente, para la familia. De hecho, el líder debe autolimitarse el tiempo que dedica al trabajo.
No resulta lógico, ni por supuesto recomendable, estar todos los días en la oficina de 9 de la mañana a 10 de la noche.
Si el líder se autoimpone finalizar todos los días a las 7,30 de la tarde (salvo en ocasiones excepcionales), organizará su jornada y se imprimirá un ritmo de trabajo con vista a cumplir dicho horario.
Muchos directivos presumen de estar todo el día en la oficina. Probablemente estén perdiendo el tiempo, además de estar desatendiendo a su familia, a sus amigos y a sus propias inquietudes personales.

CLASE 5. Características básicas del líder.  Muchas son las cualidades que definen al líder.
En esta lección vamos a señalar aquellas que se podrían considerar básicas (son necesarias para que exista un auténtico líder), mientras que en la lección siguiente se analizarán otras complementarias (contribuyen a realzar la figura del líder).
El líder debe poseer todas estas cualidades básicas, lógicamente unas más que otras, pero todas ellas deben estar presentes.
La ausencia de alguna de ellas dificultaría ejercer un auténtico liderazgo.
Como cualidades básicas señalamos:
Visionario: el líder se caracteriza por su visión a largo plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y detectar oportunidades mucho antes que los demás.
El líder no se contenta con lo que hay, es una persona inconformista, creativa, que le gusta ir por delante.
Persona de acción: el líder no sólo fija unos objetivos exigentes sino que lucha denodadamente por alcanzarlos, sin rendirse, con enorme persistencia, lo que en última instancia constituye la clave de su éxito.
El líder no se contenta con soñar, el líder quiere resultados.
Brillante: el líder sobresale sobre el resto del equipo, bien por su inteligencia, bien por su espíritu combativo, bien por la claridad de sus planteamientos, etc., o probablemente por una combinación de todo lo anterior.
Coraje: el líder no se amilana ante las dificultades; las metas que propone son difíciles (aunque no imposibles), hay que salvar muchos obstáculos, hay que convencer a mucha gente, pero el líder no se desalienta, está tan convencido de la importancia de las mismas que luchará por ellas, superando aquellos obstáculos que vayan surgiendo.
El líder defiende con determinación sus convicciones.
Contagia entusiasmo: el líder consigue entusiasmar a su equipo; ellos perciben que las metas que persigue el líder son positivas tanto para la empresa como para los empleados.
El futuro que ofrece el líder es tan sugerente que merece la pena luchar por ello.
Esta es una de las características fundamentales del líder, el saber contagiar su entusiasmo, el conseguir que el equipo le siga, que comparta sus objetivos.
Sin un equipo que le siga, una persona con las demás características sería un lobo solitario pero nunca un líder (el liderazgo va siempre unido a un equipo).
Gran comunicador: otra cualidad que caracteriza al líder son sus dotes de buen comunicador, habilidad que le va a permitir “vender” su visión, dar a conocer sus planes de manera sugerente.
Convincente: el líder es persuasivo; sabe presentar sus argumentos de forma que consigue ganar el apoyo de la organización.
Gran negociador: el líder es muy hábil negociando. La lucha por sus objetivos le exige negociar continuamente, tanto dentro de la empresa, como con clientes, proveedores, entidades financieras, accionistas, etc.
El líder demuestra una especial habilidad para ir avanzando en el largo camino hacia sus objetivos.
Capacidad de mando: el líder debe basar su liderazgo en el arte de la convicción, pero también tiene que ser capaz de utilizar su autoridad cuando sea necesario.
El líder es una persona compresiva, pero no una persona blanda (los subordinados le perderían el respeto).
El líder no puede abusar del “ordeno y mando” ya que resulta imposible motivar a un equipo a base de autoritarismo, pero debe ser capaz de aplicar su autoridad sin temblarle el pulso en aquellas ocasiones que lo requieran.
Exigente: con sus empleados, pero también, y muy especialmente, consigo mismo. La lucha por unas metas difíciles requiere un nivel de excelencia en el trabajo que tan sólo se consigue con un alto nivel de exigencia.
Si el líder fuera exigente con sus empleados pero no consigo mismo no sería un líder, sería un déspota que pondría a toda la organización en su contra.
Carismático: si además de las características anteriores, el líder es una persona carismática, nos encontraríamos ante un líder completo.
El carisma es una habilidad natural para seducir y atraer a las personas, es auténtico magnetismo personal. El carisma permite ganarse al equipo, que se siente atraído por su líder.
No obstante, hay que señalar que es perfectamente posible un líder sin carisma.
Para una empresa es preferible tener un líder sin carisma con un alto sentido de la honestidad, que un líder carismático que utilice la organización en su propio beneficio.
Honestidad: unos elevados valores éticos son fundamentales para que el liderazgo se mantenga en el tiempo y no se trate de un simple “bluff” pasajero.
El equipo tiene que tener confianza plena en su líder, tiene que estar absolutamente convencido que el líder va a actuar honestamente y no le va a dejar en la estacada.
Si los subordinados detectan que el líder no juega limpio y que tan sólo le preocupan sus propios intereses, perderán su confianza en él, proceso que una vez iniciado es muy difícil de parar.
Cumplidor: el líder tiene que ser una persona de palabra: lo que promete lo cumple.
Es la única forma de que el equipo tenga una confianza ciega en él.
Coherente: el líder tiene que vivir aquello que predica.
Si exige dedicación, él tiene que ser el primero; si habla de austeridad, él tiene que dar ejemplo; si demanda lealtad, él por delante.
El líder predica principalmente con el ejemplo: no puede exigir algo a sus subordinados que él no cumple.
Además, el mensaje del líder debe ser coherente en el tiempo.
No puede pensar hoy de una manera y mañana de otra radicalmente distinta: confundiría a su equipo.
Esto no implica que no pueda ir evolucionando en sus planteamientos.

CLASE 6. Características complementarias del líder.   En esta lección destacaremos aquellas otras características del líder, asimismo importantes, que permiten fortalecer su papel.